El reconocimiento actual de la presencia significativa es los espacios escolares de niños, niñas y jóvenes con TEA representa un desafío para los profesionales de educación que atienden a esta población.

Los y las estudiantes con TEA presentan características comunicativas, de interacción social y de flexibilidad cognitiva que muchas veces requieren de adecuaciones que aseguren un adecuado proceso de enseñanza – aprendizaje; por lo que los educadores necesitan contar con herramientas y estrategias de adaptaciones curriculares y de evaluación que conduzcan a trayectorias educativas efectivas.

Por esta razón, se hacen necesaria instancias de formación docente que faciliten el conocimiento, la acción y reflexión de estrategias pedagógicas que permitan una verdadera inclusión de las personas con TEA dentro del sistema educativo.